Pasado contra presente

Hoy rebuscando entre mis papeles para encontrar una lista de canciones que hice para el viaje a Galicia he encontrado un viejo libro de cuentos que un día, hace diez años, me regaló mi abuela. En él escribí los miedos que sentía por el cambio de ciclo escolar y la entrada a un nuevo instituto con gente extraña. Me ha parecido curioso que (a parte de mis terribles faltas de ortografía, que dejé impresas para la inmortalidad) no soy tan distinta a aquella niña asustadiza que escribía en un cuento sus dudas sobre un futuro incierto.

Creo que durante estos diez años que han transcurrido he llegado a saber quién soy realmente y qué es lo que más me importa, pero lo que aún no sé es qué quiero hacer con mi vida.

Tomar decisiones siempre ha sido mi punto débil, ya que nunca las he tomado bien. El futuro me aterra y siempre lo hará, porque odio elegir algo que me pueda cerrar puertas como: qué estudiar, qué nota sacar, con quien salir, etc. Para mí todas estas decisiones son terriblemente difíciles.

Últimamente me he estado planteando si elegí bien mi carrera y si realmente quiero trabajar de ello y a la única conclusión que he llegado es que no lo sé. Lo que sí sé es que de socióloga al 100% no quiero trabajar y de que si puedo empezaré una segunda carrera que será Educación Primaria pero que si no puedo, me sacaré (o intentaré) una oposición. Todo esto lo digo porque creo firmemente en el lema "si quiero, puedo".